miércoles, 8 de junio de 2016

ENFERMEDAD


Hiper-Tension pulmonar
¿Qué es?
Es el aumento de la presión sanguínea de la arteria pulmonar por encima de 25 mmHg en situación de reposo o más 30 mmHg con el esfuerzo.
La circulación pulmonar distribuye la sangre desde el corazón a los pulmones a través de un sistema de baja resistencia y alta distensibilidad. En situación normal, las presiones son menores que en la circulación sistémica.
Puede se un proceso primario (Hipertensión pulmonar primaria) o aparecer en el seno de otras patologías, respiratorias o no, denominándose entonces Hipertensión pulmonar secundaria.
Sintomatología
El clínica más frecuente es la dificultad respiratoria, que suele caracterizarse por ser de esfuerzo y progresiva, especialmente en casos de hipertensión pulmonar primaria y en EPOC. Igualmente también puede observarse astenia y síncopes con el ejercicio.
Las manifestaciones clínicas del TEP son totalmente inespecíficas. Los síntomas más frecuentes son la disnea (que suele aparecer de forma aguda) y el dolor torácico que suele ser de características pleuríticas, pero se dan casos con grados de oclusión arterial importantes con escasa sintomatología o incluso inexistente.
En el cor pulmonale, la sintomatología que predomina es la de la propia enfermedad de base. En casos de fallo cardíaco derecho pueden aparecer signos como: edemas en la extremidades inferiores, ingurgitación yugular, hepatomegalia (aumento del tamaño del hígado) y cianosis.

Tratamiento
El tratamiento más efectivo consiste en el tratamiento de la enfermedad de base pudiendo en algunos casos reducir la presión pulmonar al corregir la causa primaria.
Sin embargo, en los caso de hipertensión pulmonar primaria, el tratamiento es limitado. De forma natural, la enfermedad cursa con un empeoramiento progresivo con un promedio de vida desde la aparición de los primeros síntomas de unos 5 años, sin embargo, existen casos con evoluciones superiores a los 20 años.
Las medidas de soporte consisten en la oxigenoterapia en los enfermos con hipoxemia y diuréticos en casos de sobrecarga hídrica.
El tratamiento vasodilatador es útil en algunos casos pero no es posible anticipar qué pacientes responderán al tratamiento. Destaca el epoprenostol (prostaciclina) intravenoso, adenosina intravenosa, antagonistas del calcio por vía oral u óxido nítrico inhalado. En pacientes respondedores a estos fármacos, mejoran su sintomatología e incluso pueden alargar la supervivencia.
La anticoagulación suele estar indicada en la mayor parte de los enfermos afectos de hipertensión pulmonar primaria, debido al mayor riesgo de trombosis y a la limitación de la actividad física.
El último recurso terapéutico es el trasplante pulmonar de uno o de los dos pulmones, aún con una función cardiaca reducida.