EMBOLIA PULMONAR:
¿Qué es?
La embolia pulmonar o tromboembolismo pulmonar (TEP) es una enfermedad
potencialmente mortal que se produce cuando partes de un trombo se desprenden
desde alguna parte del territorio venoso, migra y se enclava en las arterias
pulmonares. En la mayoría de las ocasiones, los émbolos proceden de una
trombosis venosa profunda de las extremidades inferiores.
“Entre los factores predisponentes relacionados con el paciente se
incluye la edad, los antecedentes de enfermedad tromboembólica previa, el
cáncer activo, las enfermedades neurológicas con parálisis de extremidades, los
trastornos médicos que requieren reposo prolongado en cama, como la
insuficiencia cardiaca o respiratoria, la trombofilia congénita o adquirida, la
terapia hormonal sustitutiva y el empleo de anticonceptivos orales”, explica a
DMedicina Javier de Miguel Díez, coordinador del Área de Circulación Pulmonar
de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
“Aproximadamente en un 20 por ciento de los casos no se logra identificar
ningún factor desencadenante”, añade.
Causas
El especialista de Separ indica que en la mayor parte de los casos, la
embolia pulmonar se asocia a factores de riesgo desencadenantes, calificándose
como provocada o secundaria. Cuando no se identifican factores predisponentes
se denomina no provocada, espontánea o idiopática.
“Los traumatismos graves, la cirugía mayor, las lesiones de miembros
inferiores y el daño espinal son factores de riesgo mayores para desarrollar
esta enfermedad. Otro factor predisponente bien conocido es el cáncer aunque el
riesgo varía según el tipo de tumor”, matiza. “Así, por ejemplo, las neoplasias
hematológicas, el cáncer de pulmón, los tumores gastrointestinales, el cáncer
de páncreas y los tumores del sistema nervioso central se asocian a un riesgo
mayor de complicaciones trombóticas”.
Por otra parte, De Miguel, indica que la trombofilia hereditaria aumenta
el riesgo de embolia pulmonar “Las dos mutaciones autosómicas dominantes más
frecuentes son el factor V Leiden (que produce resistencia a la proteína C
activada) y la mutación del gen de la protrombina (que aumenta la concentración
plasmática de protrombina). Las deficiencias de antitrombina III, proteína C y
proteína S son mucho más infrecuentes. Además, el síndrome antifosfolípido es
la causa más frecuente de trombofilia adquirida y aumenta el riesgo de
trombosis arterial y venosa”.
En las mujeres fértiles, el empleo de anticonceptivos orales es el
factor predisponente más frecuente. Para las pacientes embarazadas el riesgo
mayor se produce durante el tercer trimestre y en las 6 semanas posteriores al
parto. La fecundación in vitro también aumenta el riesgo de enfermedad
tromboembólica venosa. Por último, en las mujeres postmenopáusicas que reciben
terapia hormonal sustitutiva, el riesgo es variable en función de la
composición hormonal del medicamento utilizado.
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